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Feliz de ser parte de MileniuM



Mientras más conozco a MileniuM y a sus anfitriones, más feliz me siento de ser parte de este increíble equipo.


El lunes pasado visité nuestro iStay en Ciudad Juárez, un hotel bien ubicado en el corazón financiero de esta ciudad, que conserva el estilo arquitectónico de los hoteles dirigidos al mercado medio, sin alimentos y bebidas construido por MileniuM. Un hotel limpio con excelente mantenimiento; pero lo más importante, un hotel en el que se percibe un excelente ambiente laboral.


Recuerdo que hace algunos años los hoteles de la frontera de México se quejaban de la alta rotación de personal, arguyendo que las maquiladoras y la competencia seducían a sus colaboradores, pretextando que la rotación era un mal imposible de resolver “por la cultura de la región”. Yo siempre he creído que la rotación no es un fenómeno social, sino la consecuencia de un liderazgo que la promueve. Esta hipótesis es difícil de demostrar ya que en mis años de experiencia nunca he escuchado a un gerente enorgullecerse de la rotación de su hotel y menos aún reconocer que la promueva. A pesar del entorno adverso, nuestro iStay Ciudad Juárez tiene una rotación controlada inferior a la media de nuestros hoteles y coincidentemente, se siente un excelente ambiente de trabajo que se refleja en el trato respetuoso pero amigable entre Víctor Espinosa (anfitrión en jefe) y su equipo.


Ya nos ocuparemos del tema de rotación en otra entrada porque de lo que quiero platicarles ahora es de cinco extraordinarios anfitriones de iStay Ciudad Juárez que trabajan con nosotros gracias al Centro de Atención Múltiple (CAM) Laboral de esta ciudad, institución gubernamental que se dedica a capacitar a jóvenes con algún tipo de “discapacidad”, con el fin de que aprendan una actividad laboral u oficio que les sirva como auto sustento, o bien, para que contribuyan a la economía de sus familias. En nuestro hotel, su profesor Luis Carlos Ortega, nuestra ama de llaves Lupita Valdez, y Claudia Celayo Jefa de Desarrollo Humano, son los responsables de esta actividad.


Estaba yo desayunando mientras observaba a unos jóvenes que afanosamente pulían el mobiliario del lobby y a otros que dejaban “rechinando de limpias” las ventanas de esta zona del hotel; no me extrañó tanto su obstinación por sacar brillo de donde ya no podía salir más, como la satisfacción y alegría que reflejaban al hacerlo.


Más tarde conocí al profesor Ortega y a nuestros cinco anfitriones del CAM en el comedor de anfitriones y tuve la fortuna de convivir con ellos. Eran los mismos que unos minutos antes luchaban por sacar brillo de nuestro lobby; y ahora, con muy buen diente, recuperaban fuerzas para continuar la jornada. En el poco rato que estuve con ellos me di cuenta de que realmente tienen capacidades diferentes. Lo explico:


La virtud de la alegría y de la sencillez se les da de manera natural -de nacimiento-; son extraordinariamente valientes para enfrentar cada día sus retos especiales; su amor a la vida es superlativa. Realmente son seres súper dotados con capacidades diferentes a los que nos jactamos de no ser discapacitados.


La paradoja: a pesar de su discapacidad física, tienen mayor capacidad de servir, amar y ser felices.


Mi felicitación para el iStay de Ciudad Juárez. Agradezco que vivan con hechos concretos y sumamente valiosos el genuino interés que tenemos en MileniuM de servir a nuestros huéspedes tanto como a nuestra comunidad.

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